jueves, 26 de junio de 2014

El Dorado llama desde Senegal


   




El documental 'Akiyaya' busca borrar la mirada paternalista de Europa hacia África



Fotograma del documental 'Akiyaya'. Pincha sobre él para ver el trailer / CAD PRODUCTIONS
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Cada año, miles de africanos emprenden una peligrosa travesía con un destino grabado a fuego en sus mentes: Europa. Surcan el mar en precarias embarcaciones, escalan vallas cuajadas de cuchillas o se encogen en asfixiantes recovecos de los vehículos que cruzan la frontera entre Marruecos y España en busca de una vida mejor. Algunos pierden la vida por el camino, y quienes consiguen alcanzar su particular Dorado se topan con una realidad inesperada: que no es la tierra de oportunidades que esperaban encontrar.

Acabar con los estereotipos y promover un cambio de mentalidad en Europa y África es la misión de Akiyaya, historias africanas de emprendedores y soñadores, un documental de  Productions, productora especializada en documentales sobre desarrollo humano y sostenible. La cinta demuestra que un africano no tiene que exiliarse para triunfar en la vida y que un europeo no debería ser paternalista por sus vecinos del sur. La película, de 55 minutos, recoge las historias de seis jóvenes que persiguen sus objetivos desde Senegal, su país. "Los africanos son una gente creativa, empoderada y que trabaja de una manera muy innovadora", asegura el director, Fernando Casado. "Nos fijamos mucho en varios senegaleses que tuvieron la oportunidad de venir a Europa pero prefirieron no hacerlo porque tenían más oportunidades en su país".

Mediante una serie de entrevistas realizadas en Barcelona y en varias ciudades de Senegal, Casado y su equipo demuestran que no importa el lugar donde uno vive, sino tener un sueño y creer en él. "Este trabajo debe servir de inspiración para que los africanos vean que en su país es posible tener éxito", indica Paula García Serna, asesora de contenidos del documental. Un ejemplo de libro es el de Cherif Basse, que vendía jabones en la calle y hoy dirige una empresa de productos de limpieza con 300 trabajadores. "Si yo puedo hacerlo, tú puedes hacerlo", afirma ante la cámara. Basse bromea con lo que un africano necesita para trabajar con él: Un PHD (siglas en inglés para referirse a un título de Doctorado) que no es lo que parece. "Se refería a P de pobre, H de hambre y D de determinado", describe Casado.



Los africanos son una gente creativa, empoderada y que trabaja de una manera muy innovadora

Fernando Casado, director

"Los occidentales han trabajado su tierra y han tenido éxito. Nosotros debemos tener el coraje de no esperar nada de nuestros Estados, tenemos que crear", proclama Cheikha Sigil, artista y diseñador de moda autodidacta. Su filosofía es la misma que la del rapero Didier Awadi o la de Barkinado Bocoum, artista que rechazó una beca de dos años en París porque apostó por quedarse en su tierra y ahora su trabajo es reconocido a nivel internacional. "Quieren venir a Europa a enseñar su trabajo y luego volver a su país, pero no tener que estar sufriendo para acabar en el eslabón último de la economía de un país europeo", asegura Casado.

Akiyaya contrapone historias de éxito en África con las duras condiciones de vida que un inmigrante sufre en Europa hasta el extremo de la preocupación que le supone a un hombre el hecho de que una máquina de billetes de autobús se haya tragado 50 céntimos. "No tengo trabajo", se lamenta en el documental. Los problemas, por otra parte, no son solo económicos. "Hay gente que sale de su país bien preparada y llega a una realidad en la que, a lo mejor, tienen que ponerse a recoger fresas en el campo después de haber estudiado durante años", describe la actriz y bloguera senegalesa Bella Agossu, que reside en Barcelona. "Para esta o para cualquier otra persona del planeta es una situación muy frustrante".


Un momento del rodaje del documental. / CAD PRODUCTIONS

La cinta también ofrece una visión antropológica en el fenómeno de la inmigración de sur a norte y trata de responder algunos interrogantes, como la razón por la que un africano no vuelve a casa cuando le van mal las cosas. Suele ocurrir que la familia tiene una visión muy distorsionada de la vida de su pariente en Europa. "Volver sin dinero significa que has fracasado frente a la comunidad. Vuelven al origen, donde sus familiares y amigos tienen problemas que ellos [los retornados] no han ayudado a resolver", explica Lola López,investigadora del Centro de Estudios Africanos e Interculturales (CEA).

El documental fue rodado en 2011 pero su estreno se ha retrasado porque la crisis provocó que el debate sobre África y la inmigración disminuyera, pero este 2014 se ha comenzado a presentar en varios festivales de cine, por los que circulará hasta finales de año. De momento se ha proyectado en la Facultad de Comunicación de La Blanquerna, en Barcelona, y en la III Mostra de Cinema Africà de la misma ciudad. En septiembre, estará en el Festival de Cine Invisible Film Sozialak, en Bilbao. Cuando el circuito finalice, se dará acceso gratuito a la cinta completa a través de Internet.





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