Minas en Senegal. Visto en fotos.

 La fiebre del oro en Senegal

 

• Senegal oeste está viviendo una fiebre del oro, tras el descubrimiento de grandes depósitos del preciado metal. Varias compañías internacionales mineras se establecieron en la nación africana, mientras mineros artesanales también aumentan en el área. Fotografias de Laeila Adjovi, de la BBC en África.
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  Cualquiera puede ir y cavar un hueco en Diabougou, una de las mayores minas informales en el área. Su nombre significa "dama" en la lengua Malinke. La fiebre del oro transformó Diabougou en una pequeña ciudad.
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  Junto con la riqueza, el oro ha traido la prostitución a este lugar remoto. La BBC descubrió que más de 80 chicas jóvenes procedentes de Nigeria son forzadas a tener sexo con los mineros de Diabougou. Fueron traficadas de Nigeria a Mali, antes de cruzar la frontera con Senegal.
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  Miles de mineros son de la vecina Mali, un país con gran tradición en la extracción de oro. Cuando supieron de la mina informal, cruzaron la frontera para probar suerte.
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  Toma cerca de una semana cavar un hueco que conecte con la veta descubierta en el lugar. De todos modos, "Buscar oro es cuestión de suerte", dice Pascal Dambele, un minero de Mali.
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  Boroma Kangara descansa tras pasar toda la mañana en la "dama", que tiene varios metros de profundidad. Ahí abajo, no hay luz, y el calor es insoportable. Él y su amigo cavan en turnos y envían las rocas a la superficie.
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  Algunos huecos miden entre 20 y 30 metros de profundidad, y algunas veces colapsan. "Es un trabajo arriesgado, la gente sale herida o muere", dice el minero senegalés de 20 años, Sidi Macalou (al fondo). La instalación sanitaria más cercana está en Sadatou, un pueblo a 40 km de distancia.
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  Fatoumata Keita tiene 12 años. Vino de Mali con su hermana mayor y su abuela. Su abuela cocina comidas para los mineros y Fatoumata tira de la cuerda para traer las piedras a la superficie. "Son muy pesadas", dice. Ella quiere volver a la escuela al final de las vacaciones escolares.
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  Mamadou Diallo es un minero en varias "damas", pero aquí, lava las piedras que trajo a la superficie. Usa para ello agua, jabón y mercurio para tratar el oro. Luego lo calienta para obtener el preciado metal.
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  Después de que las rocas son trituradas, limpiadas y revisadas por mineros expertos, las que contienen oro se ponen en bolsas y son compartidas. En diez días, cuatro mineros trajeron nueve bolsas de su "dama". Los mineros que corren los mayores riesgos no son los que obtienen el mayor porcentaje del reparto.
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  "El jefe del pueblo tiene su parte, igual que el iman, y la persona que descubrió la veta de oro. Los guardias de seguridad del pueblo también tienen su porcentaje... Toda la gente importante del pueblo obtiene algo. Esa es la razón por la que todos son ricos aquí. Gracias a nosotros", dice un minero de Mali.
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  El jefe del pueblo ha establecido algunas normas. El trabajo minero termina a las 5pm, y los viernes son festivos en este área musulmana. Después de las 6pm, las motocicletas no pueden circular en los barrios donde viven los mineros, ahora mucho más grandes que el pueblo original. Unos 20 habitantes del pueblo han sido designados como guardias de seguridad para hacer cumplir las normas.
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  Los mineros limpian y tratan el oro en un río cercano. Como resultado, las aguas están contaminadas y la única fuente de agua limpia, un grifo a la entrada del pueblo, no puede proveer suficiente líquido para la creciente población. Es otro de los lados negativos de la fiebre del oro.

 

 

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