miércoles, 19 de junio de 2013

Parque Nacional Le Niokolo Koba





A 604 km de Dakar. Cogiendo la N7 a partir de Tambacounda, donde debemos de hacer lleno de combustible. El trayecto puede hacerse con un vehículo ordinario. Al cabo de 83 km, en Dara Salam, a la derecha, un cruce lleva al campamento de Simenti. Cálculemos una hora de pista para llegar a Simenti. Abierto entre diciembre y mayo durante la temporada seca, abril y mayo son los dos mejores meses para ver los animales porque la sequedad que ayuda ya que éstos se reúnen alrededor de las últimos charcas. Es también la epoca más calurosa. A nuestros ojos y nuestras orejas le costará seguir este deslumbrante concierto, donde se agregan el cacareo de las pintadas, el canto de las aves, los aullidos de los monos… Luego, de repente, silencio cae, brutal, pesado. No nos equivoquemos : este silencio anuncia la aproximación de un león sinónimo de la muerte. Posiblemente un minuto más tarde, todo vuelva a la normalidad, los aullidos, los cantos, los cacareos, más fuertes y más audaces.

Esto es lo que descubriremos en el parque nacional de Niokolo-Koba, uno de los últimos santuarios de la fauna senegalesa, el más antiguo y el mejor equipado de los seis parques nacionales. Creado en 1954, clasificado como Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1981, el parque acogía, en 1993, sólo a 2500 visitantes. Esto quiere decir que no tendrá ningún problema para desplazarse. Más aun cuando el parque cubre una superficie de cerca de un millón de hectáreas, lo que lo coloca entre los primeros conjuntos protegidos de África.


Tres ríos lo atraviesan: Gambia, el más importando, cuyas orillas son bordeadas por bosques magníficos de rôniers, Niokolo Koba, bastante encajonado, y Koulountou. El relieve y la vegetación son muy contrastados: monótonas llanas en las sabanas arboladas, las profundas galerías forestales a lo largo de los ríos, las extensiones inmensas y pantanosas, las montañas con líneas rojas de cresta, barrancos guarnecidos de árboles poderosos, bejucos y helechos, grandes praderas bordeadas por rôniers y tapizadas con flores magníficas.

Particularmente le gustará el atardecer. Verdaderamente no es una decadencia, es un renacimiento, sin melancolía, todo matices morados, mientras que las estrellas surgen por el pasillo estrecho que los árboles dejan abierto por encima del campamento.

¿ Cuándo ver a los animales?

Hay que levantarse al amanecer y recorrer los diferentes aguaderos hasta las 11. En las horas más calurosas, no veremos nada. Nos iremos de nuevo sobre las 16 horas hasta el atardecer. No os desaniméis demasiado: para percibir un felino, hace falta mucha paciencia y suerte.

¿ Cómo visitar el parque?


600 km de pistas relativamente buenas asientan el parque de Niokolo Koba. Es inútil indicar un itinerario preciso. Según los años, la temporada y la pluviometría, los aguaderos jamás son los mismos. Un día el león pasa por aquí, al día siguiente pasar por allí… Los reponsables del parque, lo recorren cada día, por lo tanto tienen su pequeña idea sobre los mejores lugares. Trataremos también de ir hacia el monte Assirik. Los miradores habilitados en los diferentes puntos estratégicos permiten apreciar la fauna con toda seguridad. En esta fauna y flora sub-guineanas podremos encontrar toda los tipos de mamíferos africanos, desde el ratón enano hasta el león. Para las estadísticas, Niokolo Koba protege 1500 especies de plantas, 70 de mamíferos, 370 de aves y 50 de peces.

Los animales que verá seguro
90.000 zambos, 11.000 búfalos, 10.000 phacochères, 1.000 hippopotames y muchas otras especies, cinocéfalos, guibs enjaezados(ataviados), monos verdes, cob de buffon, patas, ourébis, hipopotamos, bubales, viven en el parque. Seguramente los veremos así como los cocodrilos, los antílopes y millares de aves, entre las que estarán los gansos de Gambia, el jabirus, las grúas coronadas, etc. 



Más de una centena de leones recorren el parque. En dos o tres días, tendremos grandes posibilidades de encontrarlos.

Animales que probablemente no verá


En primer lugar el elefante. Cazado furtivamente durante la gran sequía de los años 80, estuvo a punto de desaparecer. Queda una quincena, principalmente alrededor del monte Assirik. Sintiéndose amenazado, no se desplaza más que por la noche mientras que hace algunos años todavía se podían encontrar en ciertos aguaderos. La única esperanza es la de que hay algunos elefantillos. Siempre en el monte Assirik, el santuario verdadero de estas especies amenazadas, tendremos más posibilidades de ver el alce de Derby (el antílope más grueso del mundo) que el chimpancé de los que queda sólamente una centena de ejemplares. Reconocemos sus pasajes con los nidos de ramajes que instalan en los árboles. También es raro, el licaón. Respecto a la jirafa, ha desaparecido.


Véase AQUÍ

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