Inundaciones
Una inundación se produce cuando una cantidad determinada de agua ocupa un lugar que normalmente se encuentra libre de ésta. Pueden estar provocadas por crecidas de los ríos, subidas del nivel del mar, tsunamis y huracanes, siendo el principal factor las lluvias intensas.
Las inundaciones han sido un fenómeno natural que se ha venido produciendo desde siempre. La humanidad se ha ido adaptando a ellas, sufriendo sus efectos o agradeciendo sus beneficios en algunos casos, como las crecidas de los ríos cuando están controladas. No olvidemos que las crecidas del río Nilo eran una bendición para los antiguos egipcios.
Sin embargo, el constante aumento de la temperatura terrestre está provocando serias alteraciones en el clima. El ciclo del agua se altera y aparecen las inundaciones con mayor frecuencia pero, sobre todo, con una virulencia nunca vista. Tomando como muestra el verano pasado, encontramos más ejemplos de los que nos gustaría citar. Los afectados por las inundaciones estivales en África Occidental superan el medio millón de personas, según informaciones de la Oficina de Ayuda Humanitaria de Naciones Unidas. Solo en Senegal se recopilaron datos de más de 250.000 damnificados. Asia tampoco es inmune a estas desastrosas precipitaciones. Lluvias torrenciales castigaron el sur de China el pasado julio causando más de quince muertos y obligando a evacuar a 300.000 habitantes.
Sobra decir que estos desastres naturales tienen lugar casi siempre en las zonas más deprimidas del planeta. El impacto sobre la población suele ser desastroso. El pésimo acondicionamiento de las construcciones deja a la región afectada sin viviendas ni instalaciones públicas, que quedan arrasadas con la subida del agua. Los habitantes quedan, pues, sin cobijo y la comunidad con los servicios públicos arrasados o reducidos al mínimo. Los hospitales dejan de funcionar, no hay transportes públicos a causa de la destrucción de puentes, carreteras, etc. El desabastecimiento de electricidad, servicios de telecomunicaciones, agua es generalizado. Los residuos líquidos y orgánicos se acumulan y provocan enfermedades. La acumulación de agua y escombros dificultan en gran medida las actividades de rescate. La mayor parte de las muertes son debidas a asfixia, enfermedad, inanición o heridas.
El pueblo de Manacalito está situado en la planicie fluvial formada por los ríos más caudalosos de Honduras. La tormenta estacional que cada año visita el pueblo trae consigo peligrosas inundaciones. Durante muchos años, las inundaciones han cogido a los habitantes desprevenidos, porque no entendían la relación entre la lluvia que caía lejos en las montañas y la amenaza que tocaba anualmente a su puerta.
CASM, el socio local de InspirAction en Honduras, ayuda a los habitantes de Manacalito a comprender el peligro de la inundación y a tener preparado un comité de emergencia totalmente entrenado y equipado. El comité escucha los informes radiofónicos de las crecidas fluviales en tramos superiores y de esta manera puede avisar al pueblo con cuatro horas de antelación. Tiempo suficiente para realizar la evacuación con seguridad.
En InspirAction ayudamos a comunidades pobres de todo el mundo a que estén preparadas frente a las inundaciones y a minimizar el impacto de las mismas. También proporcionamos asistencia de todo tipo cuando ocurre la desgracia: ayuda médica, recursos materiales y alimento. Ayúdanos para que podamos seguir trabajando para ellos.
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